Miguel De Cervantes El Rufian Dichoso

Esta apreciada joya de la literatura castellana ha conocido conquistar a todo el mundo, y es quizá, con la Biblia, la obra que se ha traducido a mucho más idiomas, pasando a ser sus personajes, reales arquetipos de categoría universal. El ámbito pontificio no debió agradarle bastante, ya que hacia 1570 lo abandona para abrazar, a lo largo de unos cinco años, la carrera militar, en la que tampoco le sonreiría la fortuna. En teoría, se alistó primero en Nápoles bajo el mando de Álvaro de Sande, para sentar plaza después, con toda seguridad, en la compañía de Diego de Urbina, del tercio de don Miguel de Moncada, bajo cuyas órdenes se embarcaría en la galera Marquesa, junto con su hermano Rodrigo, para combatir, el 7 de octubre de 1571, en la guerra naval de Lepanto. Indudablemente, luchó mucho más que valientemente, más allá de las fiebres que padecía a la sazón, desde el esquife de la nave, pues recibió 2 arcabuzazos en el pecho y uno en la mano izquierda, que se la dejaría inutilizada para toda la vida. A cambio, quedaría inmortalizado como «El manco de Lepanto» y preservaría hasta su muerte el orgullo de haber participado en «la mucho más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni aguardan ver los venideros» (prólogo al Quijote de 1615).

Yace aquí el hidalgo fuerteque a tanto radical llegóde valiente, que se advierteque la muerte no triunfóde su historia con su muerte. Miráronse unos a otros, admirados de las causas de Don Quijote, y, aunque en duda, le quisieron opinar; y entre las señales por donde conjeturaron se moría, fue el haber vuelto con tanta sencillez de loco a cuerdo; pues a las ya dichas razones añadió muchas otras tan bien dichas, tan cristianas y con tanto concierto, que del todo les vino a eliminar la duda, y a realizar opinar que se encontraba cuerdo. Es interesante conocer las opiniones que, acerca de este libro extraordinario, pronunciaron los críticos de mayor autoridad. No siendo viable trascribirlas todas, no íntegras de unos pocos, me limito a espigar algunas expresiones, prácticamente todas de escritores extranjeros, en quienes no debe de verse el afán de enaltecer lo propio.

Novelas Ejemplares

Entre tanto, lo cierto es que nuestro creador tuvo ocasión de familiarizarse con la literatura italiana actualmente, tan influyente en su propia obra. Cervantes aseguró en diversas oportunidades que su propósito primario fue enseñar a los lectores de la época, los despropósitos y locuras de las novelas caballerescas. Y ciertamente, el Quijote ofrece una parodia de las invenciones de dichas obras.

cuántos dientes tenía miguel de cervantes en el año 1603

Cada uno de ellos tiene su locura, distinta, de verdad, la una de la otra; pero de todas formas a cada uno de ellos le asiste su concreta forma de ver la forma y las situaciones del pequeño universo que lo rodea, tal como una diferente actitud frente a los inconvenientes de la presencia. Se extinguía, de este modo, en el silencio magno de los siglos; se perdía materialmente, pero quedaba vibrando por la eternidad, la voz parca del mucho más excelso patriarca de las letras, del «Príncipe de los ingenios españoles». Nada pudo concederle al inmortal hijo de Alcalá de Henares esa exquisita plenitud espiritual de que han menester los hombres enormes; quizás, solo amenguaría su tristeza el conocimiento íntimo, la certeza honda y discreta de haber producido una obra maestra.

Retablo Básico Español

Recorrió buena parte, ignota aún, de la propia patria, un óptimo sector de Francia y enormes zonas del territorio italiano, hasta llegar a Roma. Pero sin embargo la abundante bibliografía que existe alrededor de Cervantes y su máximo libro, quedan aún en el planeta de las recomendaciones ricos filamentos que el espíritu alterado de los hombres es con la capacidad de prender en todas y cada una de las latitudes, arrancándoles, si no nuevos resplandores, al menos un haz de templados cariño perdurable. Es de este modo una novela múltiple, mixta o miscelánea, que presenta hermanados y confundidos, como en el diario existir, toda suerte de elementos y variedad de asuntos, capítulos, individuos, lugares, sentimientos, enseñanzas, etcétera. Múltiples quinquenios debe haber usado el excelente escritor en su obra máxima. Resultado de las mil enseñanzas agarradas en incontables vicisitudes, es el libro de la asendereada vida de Cervantes. En este género es donde campea soberano, y sin contrincante en el planeta, el genio de Cervantes.

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Tan no entrevista situación, nacida de una audacia lícita, consubstancial, haría exclamar a Carlos V, nieto de aquéllos, que en sus dominios «jamás se ponía el sol». No se dejó de reír Don Quijote de la simplicidad de su escudero, y así le declaró que podía realmente bien quejarse como y cuando quisiera, sin gana o con ella; que hasta entonces no había leído cosa en contrario en la orden de caballería. Respondiole su amo, que por entonces no le hacía menester; que comiera él en el momento en que se le antojase.

De esto a una pretendida intención de irrogar injurias o de publicar denuestos contra la propia patria hay ciertamente una inalcanzable distancia. «Pintar una temporada determinada o reflejar el espíritu de ella, se encuentra dentro de las condiciones de la mucho más alta poesía, cualquiera que sea su género». «Con alguna sutileza, lo que se puede ver a través de la obra de Cervantes es una especie de lucha que existe entre don Quijote y la sociedad de su tiempo». Esta beligerancia, justamente, es una final obligada del anacronismo anotado por José Ignacio Escobar y del que nos hemos ocupado mucho más arriba.

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Pero, sin duda alguna, su carrera militar ha tocado techo con el reciente nombramiento de «soldado aventajado» y, si bien participa, sin pena ni gloria, en múltiples campañas militares durante los años siguientes (Navarino, Túnez, Corfú y La Goleta), pasa gran parte del tiempo en los cuarteles de invierno de Mesina, Sicilia, Palermo y Nápoles. Siendo consciente de ello y desganado de tal manera de vida, unos tres años después, Cervantes decide regresar a España, no sin conseguir antes cartas de recomendación del duque de Sessa y del mismo don Juan de Austria, reconociéndole sus méritos militares, con intención de emplearlas en la Corte para conseguir algún cargo oficial. Mal podía imaginar que, muy a la inversa, sólo le acarrearían desazones. Ahora en los últimos años de su vida, publicó auxiliares a las Novelas ejemplares , el Viaje del Parnaso , 8 comedias y 8 entremeses . Quien al final de su insuficiente existencia, la dedicó a Los trabajos de Persiles y Segismunda (una publicación póstuma, en 1617). En torno a la vida y obra de este refulgente y señalado novelista, poeta, dramaturgo y soldado español, ha fluido mucha tinta, intentando de develar ciertos misterios y curiosidades del que destaca Miguel de Cervantes y sus 6 dientes.

En 1575, mientras volvía a España a gestionar su ascenso a capitán, cayó en poder de los piratas de Argel, de donde repetidas veces procuró fugarse con otros compañeros con gran riesgo de la vida y asumiendo él generosamente la responsabilidad de las valientes tentativas, siendo descubiertas. Así vivió cautivo cinco años, hasta que en 1580, estando ahora Cervantes embarcado en una galera que debía llevarlo con su amo a Constantinopla, de donde mucho más difícil le habría sido regresar, el abnegado trinitario fray Juan Gil por 500 escudos logró su salve. En hace ya cuatrocientos años- nacía en Alcalá de Henares, a pocas leguas de La capital española, Miguel de Cervantes Saavedra, a quien los siglos venideros habrían de admirar y aclamar Príncipe de los Ingenios. Y para que de ello conste, de mandamiento de los estos señores del Consejo, y pedimiento de la una parte del dicho Miguel de Cervantes, di esta fe, en la villa de Madrid, a 12 días del mes de agosto de mil y seiscientos y trece años.

Cervantes Y Su Gloria

Sancho Panza tendría poquísimo significativa presencia en el Quijote, si no llevara consigo, almacenada en la memoria, tan enorme y bien lograda cosecha de refranes. Indudablemente, aquel anacronismo debía originar los contornos cómicos del aguerrido manchego, por mucho que en su interior se agitara un espíritu bañado en sangre de catástrofe y heroísmo. En todo lo que se refiere a la caballería andante, y que piensa, charla y obra en todo lo demás como un noble bien intencionado y de buen entendimiento de su tiempo. El espíritu cordial de don Quijote se hermana, legítima e íntimamente, con el espíritu indómito y lustral del Cosmopolita. Repetía con asombrosa lealtad episodios enteros de determinados libros que comprometían su predilección. Cabe suponer, en el margen de lo verosímil, que hasta Shakespeare llegaría el Quijote, a través de la versión inglesa de Shelton, o quizás en su idioma originario, por el hecho de que se conoce que había leído a otros autores en español.

Es un villano tosco, analfabeto, goloso, crédulo, «católico viejo» -como él mismo asegura -, de buen humor, con ribetes de inocente malicia que le hace jocoso socarrón. Pero, de fondo honrado, amante de su casa, sufrido y leal con su amo, por influjo del ideal de este, va convirtiéndose gradualmente para el bien y dominándole el buen sentido. Es un hombre alto de cuerpo, seco de rostro, estirado y avellanado de miembros, entrecano, la nariz aguileña y algo corva, de bigotes grandes, negros y caídos. Hermosura, en su abundancia patriarcal y sonora, en su fuerza cómica irresistible, un sello inmortal y divino… Su estilo arranca, no de la sutil agudeza (como el de Quevedo o de Gracián), sino de las entrañas mismas de la realidad, que charla por su boca». Y con esto último desea como representar que su estilo se marcha acomodando a las situaciones y a los individuos.